Cueva de El Mirón

Localización: Ramales de la Victoria. Cantabria
Cronología: Paleolítico medio hasta Bronce
Coordinación: Igor Gutiérrez Zugasti; Manuel R. González Morales;Lawrence Guy Straus; David Cuenca Solana.
Grupo de investigación: BioPrehistory (Bioarqueología, Paleoclima y Transformaciones Sociales en la Prehistoria)

La Cueva de El Mirón (Ramales de la Victoria, Cantabria) fue descubierta en 1903 por Lorenzo Sierra, a la vez que las vecinas cuevas pintadas de Covalanas y La Haza. Sin embargo, la existencia de un amplio yacimiento arqueológico pasó desapercibida durante varias décadas, lo que contribuyó a su excelente estado de conservación. Posteriormente la cavidad fue visitada en 1973 por Lawrence Straus quien fue impresionado por su gran potencial.

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Foto 1: Boca de la cavidad vista desde el interior.

La Cueva de El Mirón es un yacimiento clave para el conocimiento de la Prehistoria del norte peninsular, tanto por su ubicación geográfica —en la confluencia de valles altos de montaña, entre la linde de Cantabria y Vizcaya, sobre un eje de transición entre la costa y la Meseta— como por su extensa secuencia de ocupación humana, definida a partir de más de 100 dataciones por radiocarbono. Esta secuencia solo es comparable, en el ámbito cantábrico, con la de la Cueva del Castillo.

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Foto 2: Plano de la cueva y localización de las diferentes áreas intervenidas desde el inicio del proyecto en 1996.

Las tareas de intervención arqueológica comenzaron en 1996, gracias al trabajo conjunto de la Universidad de Cantabria (Manuel R. González Morales) y la University of New Mexico (Lawrence Guy Straus), y han continuado hasta la actualidad con el apoyo financiero del Gobierno de Cantabria, el Ministerio de Ciencia e Innovación, National Science Foundation, la Fundacion Marcelino Botín, National Geographic Society, Leakey Foundation o University of New Mexico Foundation.

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Foto 3: Proceso de excavación en la zona de El Corral y en el área del bloque grabado.
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Foto 4: Detalle del nivel 17 adscrito al Magdaleniense inferior en la zona de La Cabaña.

El trabajo de campo desarrollado durante casi tres décadas ha puesto de manifiesto la existencia de una amplia secuencia de ocupación humana que abarca desde el final del Paleolítico Medio (~48.000 BP), pasando por el Gravetiense, el Solutrense, el Magdaleniense, el Aziliense y, tras esporádicas ocupaciones durante el Mesolítico, una serie continua de hábitats desde el Neolítico inicial hasta los inicios de la Edad del Bronce. Entre estos, destacan especialmente los niveles adscritos al Solutrense y al Magdaleniense inicial e inferior.

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Foto 5: Ortoimagen del bloque grabado ubicado en la zona de El Corral (Autoría de Luis Teira).

En concreto, en los niveles del Magdaleniense inferior (19.000 BP) se recuperaron los restos parciales de una mujer de mediana edad, conocida como “la Dama Roja”, que constituye uno de los escasos contextos funerarios documentados en Europa para esta cronología y una pieza clave en la reconstrucción de la historia demográfica de Europa durante el final del Pleistoceno. En la actualidad las intervenciones arqueológicas se están centrando en la documentación de las representaciones gráficas que presenta la cavidad, especialmente sobre la superficie del bloque grabado en la zona de El Corral, y en la excavación de las ocupaciones adscritas al Magdaleniense inicial que presenta la zona de La Cabaña.

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Foto 6: Restos de la Dama roja recuperados en la zona del bloque grabado.

Durante estas décadas de trabajo, la Cueva de El Mirón se ha convertido en un yacimiento de referencia para el desarrollo de distintas líneas de investigación pioneras, utilizando metodologías como análisis de isótopos estables, estudios sobre variaciones del campo magnético terrestre, análisis paleoclimáticos, paleontológicos, proteómicos o estudios genéticos sobre salmones, truchas, ciervos, carnívoros y humanos.

El desarrollo de estas investigaciones se ha materializado en una extensa producción científica conformada por más de 170 otras publicaciones. Además, el yacimiento se ha consolidado como un contexto formativo excepcional para jóvenes investigadores, con la elaboración de seis tesis doctorales en España y en Estados Unidos. Como resultado de esta intensa actividad científica, el proyecto fue galardonado con el XV Premio de Investigación “Juan María Parés”, otorgado por el Consejo Social de la Universidad de Cantabria.