Antropoceno es la denominación provisional dada por buena parte de la comunidad científica a una nueva era geológica. El neologismo indica la determinante influencia de la actividad humana en el devenir global del planeta, a través de fenómenos como la drástica extinción de la diversidad animal y vegetal, o el impacto sobre la atmósfera, el clima y la orografía de la superficie terrestre.Un secular proceso que alcanza su más irreversible impronta a partir de mediados los años cuarenta del pasado siglo con la detección de marcadores en forma de isótopos radiactivos en la estratigrafía geológica, derivados de la industria nuclear y las explosiones atómicas.
Una azarosa y singular brecha espacio-temporal ha puesto en nuestras manos una sorprendente documentación en formato arqueológico, en esta ocasión llegada del futuro, referida precisamente a esta crítica era de la historia del planeta en la que estamos actualmente inmersos. Su autor, J. Martimore, ha resultado ser un inesperado arqueólogo amateur del porvenir.
Sus agudas interpretaciones permiten intuir hoy cómo nos verán las futuras generaciones a través de los restos conservados de cultura material y simbólica y de otros fenómenos que, por indelebles, nos delatan y sitúan en ocasiones ante un incómodo espejo.
Juan M. Moro