Localización: Lekeitio, Bizkaia.
Cronología: Paleolítico superior, Magdaleniense
Coordinación: César González Sainz
Grupo de investigación: Actividad Gráfica Prehistórica.
Armintxeko Koba
La cueva de Armintxe (Armintxeko koba) alberga uno de los últimos conjuntos rupestres paleolíticos localizados en el corredor cantábrico. A pesar de que esta región cuenta ya con unas 150 cuevas decoradas, Armintxe destaca por sus particularidades técnicas, expositivas, y por algunos aspectos de su repertorio iconográfico.
Tras la localización de grabados de estilo paleolítico, abordamos su análisis dentro de un proyecto de investigación arqueológica impulsado por el Departamento de Patrimonio Cultural de la Diputación Foral de Bizkaia y dirigido por J.C. López Quintana (Grupo Arqueológico AGIRI). Recientemente se ha publicado una monografía que detalla las excavaciones realizadas tanto en la antigua entrada como en el Corredor elevado, al pie de los lienzos grabados; y un estudio del conjunto parietal (López Quintana, J.C.; González Sainz, C. y M. Unzueta Portilla, coords., 2019-2020). Sobre este último hemos publicado algunas aproximaciones iniciales (González Sainz y López Quintana, 2018; González Sainz, 2017 y 2020) e informes de las actuaciones anuales en la revista Arqueoikuska (2016 a 2019).
El conjunto parietal se compone exclusivamente de grabados, en su práctica totalidad raspados en la capa superficial alterada de una roca inusual, una caliza bioclástica y granuda con una fina capa de alteración. En los tres sectores decorados se cuentan hasta 37 figuras animales, con amplio dominio del caballo, acompañado de cabras, bisontes, leones y un par de cérvidos, probablemente renos. Los signos son relativamente abundantes, destacando una serie de claviformes plenamente convencional, otras variantes de claviforme y un signo cuadrangular. Uno de los rasgos más llamativos son las bandas de trazos paralelos realizadas de una sola vez arrastrando un utensilio con cuatro o cinco puntas. Son, pues, una suerte de escariaciones de la pared, cercanas formalmente a los macarroni, y más estrechamente a los “lacis” definidos en el Tuc d´Audoubert, también realizados con útil dentado (Bégouën et al. 2009). Lo especifico de la cueva de Armintxe es el complejo juego establecido entre estas bandas y las figuras de animales y signos en las paredes y techo del sector 1, y, especialmente, su transformación en grandes signos claviformes mediante la adición de bucles semicirculares en raspado simple.
Se trata de un conjunto unitario y grosso modo sincrónico, que a partir de criterios estilísticos corresponde al Magdaleniense medio o a inicios del superior, en una cronología cercana a 13,7 ka BP. El estilo de las figuras animales (con particularidades vinculadas al formato grande de las figuras, al procedimiento técnico, y, en último término, a las posibilidades y exigencias de la roca soporte) se ajusta bien, en nuestra opinión, tanto a la cronología establecida para los claviformes presentes como a la misma distribución de taxones animales representados.
La morfología de los espacios seleccionados en la cueva de Armintxe para las representaciones, y la misma disposición y distribución de estas muestran un claro carácter escenográfico en los sectores 1 y 2. La relativa correspondencia valorada entre el grado de incidencia del grabado y la potencialidad visual del lienzo reafirma ese carácter y nos permite imaginar unos ceremoniales que aunaban el trabajo de los grabadores, situados en puntos más altos, y otros participantes reunidos en el centro del Corredor elevado, al pie de los lienzos trabajados.
Armintxe es en la actualidad el más claro exponente de la fuerte interacción en materia gráfica y cultural entre las poblaciones cantábricas y las establecidas en la vertiente norte de los Pirineos, durante las fases centrales y avanzadas del Tardiglaciar.